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domingo, 27 de junio de 2010

Rogatoria pública de hija de Detenido Desaparecido al Papa, contra indulto propuesto por Errázuriz


por María Paz Venturelli (Roma, Italia)

Rogativa pública al Santo Padre de María Paz Venturelli, hija de Omar Venturelli preso político y desaparecido en la dictadura de Pinochet

Roma, 17 de junio de 2010: Santo Padre Soy María Paz Venturelli, a los dos años de edad perdí mi padre, desaparecido en la cárcel de Temuco en octubre de 1973, en Chile.Mi papá, Omar Venturelli era profesor de Pedagogía en la Universidad Católica de esa ciudad y su fé cristiana lo había conducido a la defensa de los derechos de los campesinos Mapuches que tienen una condición de vida miserable.

Desde niña, durante nuestro exilio en Italia, escuchábamos las canciones de la poetiza y cantautora Violeta Parra, ánima bellísima capaz de transformar en música Chile mismo. Había una canción que recitaba… “Qué dirá el Santo Padre, que vive en Roma, que están degollando a su paloma?…” De niña no entendía el significado y la importancia que tienen sus palabras, Santo Padre, en la vida de tantos hombres y tantas mujeres, incluso en Chile, un país tan lejos de Roma.

En el mes marzo, con un solemne Te Deum, el Arzobispo de Santiago Cardenal Francisco Javier Errázuriz y otros obispos, pidieron al gobierno chileno un “indulto jubilar“ en ocasión de la celebración de los doscientos años del nacimiento de la República de Chile, firmada el 18 de septiembre de 1810. Estos prelados consideran que la petición, que perdonaría a muchos detenidos y entre estos, aquellos, muy pocos, que han sido condenados por crímenes contra la humanidad llevados a cabo durante los años de la sangrienta dictadura de Pinochet, constituiría un paso importante hacia la reconciliación del País.

Santo Padre, pienso que en Chile hay tantas palomas, son aquellas mujeres, aquellos hombres que han sobrevivido a aquellos terribles años, que han reconstruido las propias vidas con amor y que lloran al padre, al hijo, los hijos, la madre, el hermano llevando flores a una tumba o, como los más desafortunados, como yo, sin ni siquiera tener los restos de los propios seres queridos desaparecidos.

Estas palomas están esperando ansiosamente la paz que sólo la reconciliación puede dar. Esperamos con ansia el real arrepentimiento y la verdadera inspiración al perdón de los asesinos y poder salir de la pesadilla que han fabricado. Necesitamos la verdad, para reconocer nuestra historia y poder derramar nuestras lágrimas sobre los cuerpos que nos han ocultado. Necesitamos justicia para vivir una democracia fuerte y próspera.¿Puede la Iglesia chilena desgarrarse en un gesto que romperá todo esto? ¿Es realmente tan lejano Chile?

Mi rogatoria se dirige a usted, Santo Padre, para que se construya junto con las familias de las víctimas la paz duradera y la verdadera reconciliación. Si el indulto jubilar dejará libre a los verdugos de muchos, significará que la celebración del bicentenario de la democracia en Chile será una fiesta macabra para todos aquellos que han sufrido la violencia y que aún no han obtenido justicia, incluso en Roma. Digo esto porque en el aula donde se realiza el juicio por la desaparición de mi padre, presencia como acusado, Alfonso Podlech, que no muestra ninguna señal de arrepentimiento, al contrario, aprovecha cualquiera oportunidad para confirmar el espíritu arrogante y no reconciliado de quien ha sido opresor y considera que hizo lo justo.

Maria Paz Venturelli

* Fuente: Centro de las Mujeres de Temuco

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