Una lista secreta de desaparecidos sirve como prueba en un juicio
El Tribunal Oral Federal de Tucumán aceptó como prueba documental un listado entregado por un testigo que contiene el nombre de 295 detenidos y que estuvo oculta hasta ahora. Es en el marco del juicio contra Luciano Benjamín Menéndez.
17.06.2010 | 16:30Fuente El Perfil
En el marco del juicio oral que se realiza en Tucumán contra Menéndez el Tribunal Oral Federal provincial aceptó como prueba un listado entregado por un testigo. | Foto: Télam
En el marco del juicio oral que se realiza en Tucumán contra el ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, y otros cuatro acusados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar el Tribunal Oral Federal provincial aceptó como prueba documental un listado
entregado por un testigo.
La lista secreta, elaborada por las autoridades de la dictadura en el centro clandestino que funcionó en la jefatura policial de Tucumán y presentada por el ex militante de la Juventud Peronista Juan Carlos “el Perro” Clemente, será tenida en cuenta a la hora de analizar las pruebas que los jueces analizan en el juicio por crímenes de Lesa Humanidad que enfrentan, además de Menéndez, Roberto Heberto Albornoz, Carlos Esteban De Cándido, Armando Luis De Cándido y María Elena Guerra.
Un valioso documento. Según informó la agencia Tucumán Noticias, Clemente, un sobreviviente de aquel centro clandestino de detención y tortura, entregó en medio de su testimonio la nómina, que cuenta con 293 nombres, todos de detenidos en ese mismo lugar. Cada persona, numerada, cuenta con una referencia: algunos dicen “libertad” y muchos otros dicen “DF”, sigla que según el testigo significaba “ Disposición Final”, es decir, muerte.
Las pruebas, que aparecieron recién en el marco de este juicio, estuvieron en poder de Clemente todo este tiempo. Así lo manifestó el propio testigo, que aseguró que las 250 fojas de documentación diversa que le entregó al tribunal estuvieron escondidas dentro de una bolsa de plástico en un contrapiso de su casa.
Cuando se le preguntó a Clemente por qué mantuvo esos documentos ocultos tantos años, explicó que tuvo miedo. Además, contó que desde la dictadura que lo visitan y amenazan sus captores. El acceso a esos papeles se dio porque cuando estuvo secuestrado lo llevaron a trabajar en la Oficina de Archivos del Servicio de Información Confidencial (SIC).
Además de la lista, las fojas entregadas a la Justicia incluyen listas de “subversivos en la clandestinidad”, listas de cadáveres identificados, actas de entregas de cadáveres, nóminas de oficiales y suboficiales del Servicio de Información Confidencial y documentos firmados por Albornoz, el jefe de ese organismo que hoy es uno de los imputados.
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